Dìganle a la muerte que me quiera
que se salga de la noche a mi visita.
Dìganle que tengo hambre,
de su beso y de su compañìa.
Hàganle saber que todo lo vìdico (de vida)
que me pasa
debe de tener un desenlace cruento.
Que la espero desde el dìa
No me llamen a razòn
suicida.
Deben entender que yo nacì
con vocaciòn para morirme.
No es que quiera hacerlo ahora,
pero
-dicen los que saben-
que la mejor amante es la nada eterna.
La muerte es la ùnica que me complace
(redondita)
porque no se va,
porque se queda.