viernes, 26 de noviembre de 2010

Te voy a besar a la fuerza

Cuando te bese
serà por viejo.

Serà como resultado de haber vivido lo suficiente
como para convencerte con astucia de que nada pierdes
dejàndote morder los labios by me.

Te voy a besar cantando.
Los primeros roces seràn esbeltos,
seràn susurràndote a la boca una canciòn setentas de Julio Iglesias
(y luego vas a reirte y tus labios se tensaràn,
y lo voy a disfrutar sin remedio)

Cuando logre persuadirte
y entiendas que un beso en la boca
debe ser gratuito
-o casi gratuito, porque hay que ganàrselo con creatividad-
te voy a besar despacio
hasta que te guste tanto tanto
que todos los dìas siguientes del mes
me pidas màs de lo que pienso escupirte
con dolo y con ternura de cachorro
dentro del vacìo de tu lengua equivocada,
desesperada,
esquizofrènica.

Te voy a besar a la fuerza.

imagen: òleo-tela / Dan Witz

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Me caga la navidad / ya quiero que llegue navidad

Ya comienzan a colocar toda esa basura navideña en las tiendas departamentales. ¡Con una chingada!

Toda la cursilerìa, y los buenos deseos y la marketing-erìa, toda la parafernalia de frivolidad sentimentaloide.

Odio la navidad

odio la navidad


odio la navidad

El hijo de Dios nace en tu corazòn, dicen los misticoides (¡còmprense una realidad en oxxo, maricas!)

Nacerà en mi riñòn, en mi pituitaria. No me jodan... el hijo de Dios es Dios y si es que existe, nace y muere todos los dìas en alguna pescaderìa de Londres o de Bagdad.
Odio la navidad,
y sus expresiones de lucecitas
(y los villancicos apestan)

Pero bueno, no es tan malo. Habrà vacaciones y comerè bien y estarè en familia. La puta navidad apenas y sirve como pretexto de algo. Apenas y tiene un significado. El significado de la navidad es estar en casa con la familia y los amigos en el St. James (pero eso lo podrìamos hacer en abril, sin pedos)

La navidad es un pretexto mediocre, pero sirve de algo. Ya quiero que llegue la navidad.
(y pienso seguir escribiendo navidad con minùscula)