jueves, 11 de noviembre de 2010



Así,

calladito y cansado, sentado y con mala cara, así. Una semana de perros, así, después de soberana golpiza del hijo de puta de Dios, así.

Quién sabe... ¿acaso él diseña lo que le va a pasar a mi día, en cada mañana?

o es que tiene empleados (quizá los que se están ganando el cielo son los pasantes que en servicio comunitario escriben en hangares repletos de computadoras el guión de las jornadas de nosotros los imbéciles que seguimos aquí. En ese caso, parece que el que asumió el cargo de taipear mi vida en este último mes fue Monsiváis)

Anyway. La semana está casi over.

(chingas a veinte, pinche Monsiváis)