miércoles, 12 de octubre de 2011

La vida es muerte (y viceversa)


Que la libertad sea un comentario de sobremesa,
un párrafo enfatizable en el discurso de un candidato,
no. Increíble.


Los inanimados colapsos del universo,
los de las escuelas primarias
y las esposas que usan -todavía-
su anillo de diamante,
son casualidades del mundo crudo,
cruel.

Las contracciones de la mujer
que ahora mismo está pariendo a un inmortal
destinado a morir,
y la lluvia de resaca del huracán,
y la canción del huracán,
son casualidades del pequeño momento:

Del momento de la vida.

Ese del que yo le hablo es un momento muy diminuto,
con respecto a la magna inmortalidad de la muerte.

O bien,
(y aunque no me lo crea)
resulta que la vida es asfixia
mientras la muerte respiro vital,
vida eterna.

Ni siquiera hemos podido entender eso,
y por ello invertimos demasiado tiempo en el gimnasio.