lunes, 11 de abril de 2011

Adolescentes (vaya gente)


Gritan todo el tiempo, tragan desmesuradamente, se avientan entre ellos, no controlan sus decisiones -ni las más básicas como saludar con gusto o mirarse con curiosidad-; todo les da miedo, nada les da miedo, no comprenden de prioridades, son ridículos para vestir (apenas si saben vestirse por sí mismos), duermen casi todo el día, guardan silencios enormes, generan ruidos irreparables aún peor, vaya: son insoportables.

Pero hay que pasar por ahí.

(intento trabajar en un Starbucks, pero una tercia de alienigenas hembras de entre trece y catorce me están rompiendo las bolas con sus guturales lamentos, y risas falsas o injustificadas o sinsentido, mirando fotos de sus fèisbux en una pequeñita pantalla de un smart phone)

Pero, no puedo negar que me enternecen. Ssssht, ¡silencio!... acaban de llegar los alienigenas machos. Veamos qué hacen entre todos juntos... ... ... ...

Doce minutos después:

Oooooorrrgggggggggg.... ¡ sáquenme de aquí!

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