viernes, 15 de octubre de 2010

Texturas y skindermis


Tocarlo todo. Esa sería una forma de estar de moda, de tener tema de conversación con todos los que quieran comentar contigo.

Mira, no me juzgues tan a la ligera: si tocas todo, escaneas superficies y puedes distiguir entre lo soft y lo hard, entre lo cool y lo hot.

Si tocas todo (aunque bofetadas te han de llover cuando intentes palpar los pechos de alguna mujer que esté adelante tuyo en la fila del banco) descubrirás la magia del experimento Darwiniano, Newtoniano, Einsteiniano. Del sofisticado embrutecimiento de las neuronas al saberte partícipe del orgasmo táctil y del envenenamiento del fuego en la estructura molecular de tu skin-dermis.

Bueno, hay muchas cosas qué hacer en el día. Sé que no podrás tocar todo lo que se te pone enfrente. Aunque -disculpa mi insistencia- podrías intentarlo. Yo llego a casa siempre con las manos sucias. Es más, me critican mis amigos porque me las lavo una vez cada dos horas. Ellos no entienden que es porque me gusta tocar todo y entonces si no están limpias no se perciben igual las superficies.

O quizá sólo sea que me he vuelto ideático.

imagen de elroko777 / septiembre 2010

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